MOTOOR!!
Hace ya más de una década era habitual en revistas dedicadas a las motos ver reportajes y fotos de motocicletas de 250 y 400 cc que partían tanto del diseño como del concepto de las superdeportivas de gran cilindrada. Unas y otras suponían una gama de gran éxito en países como Japón o Estados Unidos. Las de baja cilindrada nunca fueron homologadas en nuestro país, así que hemos tenido que esperar hasta la nueva hornada de motores para poder disfrutar de estos modelos. Los motores de aquellas motos eran de 2 tiempos, muy nerviosos y resultaban difíciles de controlar, convirtiéndose estas motos en la teoría de baja cilindrada para iniciar a conductores, en máquinas para las que había que tener una sobrada experiencia de conducción. Ahora, con la llegada masiva de los 4 tiempos a los motores, estas cilindradas se han transformado y los propulsores se han convertido en dóciles y manejables sin dejar de lado una buena respuesta en altas revoluciones. La nueva Ninja 250 R monta un motor prácticamente nuevo; se trata de un dos cilindros en paralelo, configuración que ya probamos en la Kawasaki Versys y que es un tanto curiosa ya que dota a la moto de unos bajos típicos del motor bicilíndrico que en un cubicaje pequeño se transforma en docilidad y que transmite un par de 22 Nm a 8.200 rpm y de una potencia máxima de 33 CV a 11.000 rpm; potencia que se ha llevado hasta el límite de lo permitido con la licencia de conducción actual. Así pues, con la licencia recién obtenida puedes sacar todo el jugo a esta moto sin necesidad de limitar un motor, cosa que siempre resta prestaciones. La compresión del motor tiene una relación de 11.6:1 y la alimentación es por inyección con dos inyectores Keihin de 28 mm y doble válvula de mariposa. El consumo es bastante reducido. Durante la prueba, combinando conducción por ciudad y deportiva por carretera revirada, se realizó un consumo aproximado de 5 litros a los 100 km. La transmisión es por cadena sellada con un cambio de seis velocidades y un embrague con multidisco húmedo manual. Esto se traduce en un cambio muy correcto, sin brusquedades y de rápido y fácil tacto que responde bien tanto al uso de conducción urbana com
o al deportivo.
o al deportivo.